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Mujeres Realizadas Como Esposas

Seguramente usted, ha oído muchas veces las siguientes y famosas expresiones:
“Detrás de cada gran hombre hay una gran mujer”, o “la mano que mece la
  cuna mueve al mundo”.

1. Dios nos creó para ser mujeres realizadas
Todas debemos maravillarnos cuando pensamos en el maravilloso plan de Dios al crear el mundo y todo lo que en él hay. Es interesante que después de cada día en la creación, está aquella declaración: “Y vio Dios que era bueno.”  - Génesis 1:31

Esto nos muestra que Dios ama su obra. Sin embargo, cuando creó al hombre el relato bíblico en Génesis 2:18 dice: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo, le hare una ayuda idónea.”

Idónea = según el diccionario castellano = con una función específica,
                 Según el diccionario bíblico = una sumisión espiritual.

En el maravilloso plan de Dios era bueno crear a la mujer.

Entonces, pensemos en algunas razones por las que Dios nos creó.
a. Dios nos creó para tener comunión con él. Génesis 1:26- 27 dice:
v. 26 - “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
              nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los
              cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra
               sobre la tierra.
v. 27 - Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y
            hembra los creó.”

La imagen de Dios fue dada sólo al ser humano. Pero, ser a su imagen significa que los hombres comparten con él, aunque en una forma imperfecta y finita, la naturaleza de Dios, esto es, sus atributos como por ejemplo vida, verdad, sabiduría, amor, santidad, justicia y también la capacidad de tener compañerismo espiritual con Él.

b. Nos creó para gozar de comunión en el matrimonio. Para ser buenas esposas.
    Génesis 2: 18-25 nos hablan de la preocupación de Dios por el hombre, la 
importancia de proporcionarle compañía.
Permítaseme detenerme aquí, en el versículo
v.18: “Le haré ayuda idónea para él.” Quizá podemos decir que es el primer
           título que Dios le da a la mujer: ayudadora = compañera”.

En el hebreo la expresión aquí usada es muy significativa. Lleva la idea de alguien que “asiste a otro para obtener su completa realización”, y si esto aún no fuera suficiente, Dios agrega un calificativo a esta ayuda, “que sea idónea”.
Una ayuda específica, en sumisión espiritual. No eres el hombre de la casa, pero su ayudadora y compañera.   Ayuda idónea; no demonia J

No es menos importante, que aunque no eres el “jefe” de la casa, deberás ser respetada, amada y apreciada en todos los aspectos.

“El rol de la mujer debe ser concebido como Dios mismo lo concibió.” La compañera para el compañero, la pareja relacionada en amor y consideración mutuos.

La criatura de la tierra necesitaba tener una compañera que no fuera ni inferior a él, ni superior;  sino una que eliminaría su soledad y aislamiento y con la que encontraría su identidad”. Dios nos creó para gozar la vida sanamente.

c. Nos creó para gozar del trabajo.
Génesis 2:15 nos muestra que Dios puso al hombre en el huerto para cuidarlo y cultivarlo. Esto nos muestra que Dios nos permite encontrar propósito y desafío en la vida a través del trabajo así como ser responsables en él. Además, como en todas las cosas, estamos para glorificarle en medio y a través de nuestra actividad cotidiana.

Hoy en día, la mujer también se desempeña y trabaja arduamente para continuar su rol de ayudadora y esposa.

La mujer tiene muchos sombreros: esposa, madre, sirvienta, cocinera, doctora, psicóloga, analista, maestra, etc. Y aunque tu prioridad es ser esa ayuda idónea, esto nunca debe de ponerle un freno en tus anhelos, o sueños de realizarte como mujer.

Como mujer cristiana, muchas veces ella en sus actividades diaria ha quedado a veces restringida a lo que se tiene que hacer y no a lo que deseo hacer. Al establecer una familia y aceptar las diferentes responsabilidades que ella representa, nos vamos distanciando nuestros sueños e ideales. Al punto que muchas han llegado al punto de perder su autoestima o falta de individualidad.

En mi caso yo como esposa de un pastor, nunca he tenido ese sentimiento de falta de individualidad, pues desde un principio le deje bien en claro que yo tenía anhelos y sueños de superación.

Primeramente, cuando nos casamos, como esa “ayuda idónea” trabaje arduamente para ayudarle a levantar nuestra finanzas, le ayude en terminar sus estudios-seminario/pastor, mantuve su casa siempre limpia, su comida hecha a tiempo, su ropa limpia y planchada, y por último, crie a nuestros hijos con amor, entrega y ahínco-entendiendo que este era mi primer ministerio/trabajo.
No solo le rendiría cuentas a mi esposo como buena esposa e madre, pero al Señor por esa gran bendición y responsabilidad.

Si el ser solamente una dama de casa, y una buena madre era lo que yo debería de ser en toda mi vida, entonces me siento realizada. Pues con la ayuda del Señor, y con el amor y el agradecimiento de mi esposo, entonces sé que si lo hice muy bien y me siento sumamente a gradecida con Dios y con mi esposo por la dicha se ser esa ayuda idónea en el hogar.

Si esto es lo que toco a ti entonces siéntase satisfecha, pues como mencionaba anteriormente, ese es el ministerio más importante para Dios, la familia. Y no cualquier familia, sino una familia sana, feliz, una familia establecida en los principios bíblicos.

Me pongo como “ejemplo” de ser y sentirme “una mujer realizada.” Al decir realizada me refiero a poder vivir en plenitud, y esa plenitud se encuentra en el desarrollo de los talentos que Dios nos da y llevamos cada una en nuestro ser.
El ver a mi esposo realizado como profesional sirviendo a Dios, el ver a mis hijos sirviendo en el ministerio, casados bien, con personas de Dios también sirviendo en el ministerio, entonces mis esfuerzos de hacer la voluntad de Dios; en el de ser la ayuda idónea y en el entrenar a nuestros hijos en el temor de Dios y verles servirle con ahínco  - me siento feliz y realizada.

En mi caso, mi esposo no es un hombre común y corriente, mi esposo no solamente ha sido un buen sustentador - sino un pastor. Si esto no fuera poco, también sus estudios (una licenciatura, dos maestrías, y tres doctorados), los cual  le han llevado a hacer escritor de libros, anfitrión de múltiples programas de televisión, de radio, líder comunitario, un hombre muy preparado, etc.

Es extremadamente importante el apoyo emocional y físico que podemos dar, para que nuestros esposos triunfen en las diferentes áreas de su vida. Es entonces cierto es el refrán que dice: “Detrás de un gran hombre existe una gran mujer”.
Muchas personas pensarían que yo estaría en su sombra, que yo sería solamente la esposa del Pastor Barek, pero no es, ni fue así.
Cuando Dios llama al hombre, también llama a su esposa a su familia. Después de sus estudios, el me motivo y me recordó de mis anhelos y mis sueños.
Hoy por hoy, yo también he terminado mis estudios: licenciatura, maestría y dos doctorados. Y ambos trabajamos arduamente para el Reino de Dios.

Ahora bien, esto es una pequeña exhortación: Para tú poderte sentirte realizada, deberás primeramente ponerte a la disposición de servir a Dios con todos tus dones y talentos en el hogar, pues ese es tu primer ministerio, tu primer trabajo con frutos y recompensas.

Hay muchas veces que el esposo no es como el que le acabo de describir.
Tu esposo puede ser machista, mezquino, inconsiderado y hasta muchas veces demandante.

Pero quiero decirte que si tú estás viviendo bajo la voluntad de Dios, siguiendo tu papel de mujer idónea, tu no estas ni sola, ni mal apreciada. Pues Él Señor, tu Creador saber cuánto tu vales y lo que aportas a tu hogar.
Siente realizada con el servirle a Él, de ser una buena esposa, de criar bien a tus hijos en el temor de Dios. Pues tu recompensa vendrá de Dios y tus bendiciones serán múltiples.

Ahora bien, recuerda que si sirves en la iglesia, no descuides ni a tu esposo, a tu hogar, ni a tus hijos.

He aconsejado a muchas mujeres las cuales han perdido la noción de que su primer ministerio es un hogar y no la iglesia.

Con esto no quiero decir que no sirvas a tu iglesia, pues todas tenemos talentos y dones los cuales son para ponerlos al servicio de nuestro Rey; pero que no llegues al punto que quieres servir tanto a Dios, que descuidas a tu familia. El Señor no quiere eso. Él quiere que tú seas ayuda idónea y no demonia.

Cuando mi esposo empezó el pastorado, nuestro Pastor el Pastor Edwin Diaz, el cual fue como un padre para nosotros, había ordenado a mi esposo al pastorado. Mi primer hijo Joshua tenía 3 años. Yo servía en la iglesia Horeb en el coro. Cuando mi hija Jacquelynne nació, yo estaba estudiando mi maestría, ya estamos en el pastorado, también servía en el coro, trabajaba como maestra, pero nunca me envolví más allá de lo que yo sé que podía afectar a mi familia. Poco después nació John-Joseph (Junior).

Ya entonces había terminado mi maestría y estaba trabajando como profesora a tiempo completo en la escuela. Ore, y tome la decisión de solamente acompañar a mi esposo a la iglesia los miércoles y los domingos, pues involucrarme en algún ministerio sería demasiado. Tendría que exponer el tiempo con él y con mis hijos.
Durante este tiempo tomaba dos cursos diferentes: Terminando dos doctorados: Uno doctorado en Psicología Cristiana y otro en Educación y Administración Cristiana.

Después que los niños ya han crecido y mi hogar es un hogar estable, le doy gracias a Dios por el haberme permitido de servirle en tan bello ministerio-el ministerio de entrenar a mis hijos a su servicio.

Es un gozo para mi esposo y para mí - el poder mirar hacia atrás y ver las cosas maravillosas que Dios ha hecho en nuestra familia.

Hoy por hoy, trabajo arduamente junto a mi esposo en el ministerio. Nos apoyamos mutuamente para servirle a Él.

Como les decía anteriormente:
Tu esposo puede ser machista, mezquino, inconsiderado y hasta muchas veces demandante. Pero eso no deme cambiar ni tu manera de ser ni tus sueños. Tu Padre celestial sabe muy bien quién eres, pues Él te creo.

Cuando te sentientes útil y llena puedes dar más, que cuando te sientes
fracasada y deprimida, por todo lo que no pudimos realizar. No le permitas a nadie que te robe tus sueños y anhelos.

Al dejarte envolver por la rutina y descuidar tu persona, llegas a olvidar tus gustos e intereses, puedes caer en las garras de la depresión. No lo permitas. Tu eres una mujer fuerte, valiente, piedra preciosa.

Proverbios 31:10 - “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobre pasa largamente a la de las piedras preciosas”.

Ánclate en Cristo pues Él sí sabe lo tu vales y te bendecirá por todo lo que haces.
Recuerda de siempre tener líneas de comunicación (lo cual es muy importante en cualquier relación), de decir lo que sientes. Siente libre de expresar tus opiniones.
Un hombre sabio será el que respete y ame tu individualidad. Los hijos también deben aprender a valorarte como persona, cómo ser único y diferente, que siempre estará dispuesta a atenderlos y a amarlos incondicionalmente.
Quisiera dejarte algunas sugerencias prácticas, sea cual sea el lugar que ocupas; estas son:

  • Acéptate como la persona especial que eres, creada a la imagen de Dios, con habilidades y características que hacen que seas diferentes de los demás.
  • Ten tiempo a solas contigo misma, para orar, pensar, leer, tocar un instrumento, hacer deporte, etc.
  • Busca de forma creativa y económica el estar presentable, no descuides tu aspecto físico, ya que esta es un área que suele afectarnos. Que tu pareja siempre te vea bonita.
  • No olvides tu tiempo a solas e íntimo con el Señor. Gana allí la fuerza para emprender tus actividades diariamente.
  • Si hay algo que has anhelado realizar como persona y tienes la oportunidad, busca el apoyo de tu esposo e hijos para realizarlo. Habla con ellos.
  • Confía en que Dios tiene un plan y un propósito increíble con tu vida.
  • Si tienes un esposo líder en el ministerio, ten la seguridad de que tú también tienes un llamado de Dios.
  • Busca encontrar esos tesoros escondidos que cada ser humano lleva consigo y utilízalos para el bien de otros y de ti misma.
  • Que Cristo siempre el centro de tu hogar.
  •  Se siempre de buen testimonio para tu familia.

Espero que estas breves líneas despierten en ti, nuevas formas de desarrollar tu propia individualidad. Así tu aporte será mucho más efectivo en tu vida conyugal, familiar y social.

Déjeme compartir la analogía del café con leche, hablando de la pareja:
Un buen café con leche, se compone de leche pura y un café bien tinto, y al agregar la azúcar este es exquisito.
Café - el hombre,   la leche - la mujer  y el azúcar Jesús; el ingrediente especial que hace que siempre esta mezcla sea siempre más dulce.

Eres Princesa de Dios y Naciste Para Reinar!

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Dra. Sarah Barek, Ed. D. Ministerio para la mujer con fines de ayudarla a vivir el propósito de Dios en su vida
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